26/1/13

En estreno primer western carchense de bajo presupuesto que habla de la realidad de la frontera norte

Franklin Coral, aparece en el centro y sin armas. Es el director de esta película de dos horas. Dice estar preparado para las críticas. "Sé como van a reaccionar. Conozco a mi gente", afirma. Fotos: Cortesía y Gary Guerrón.
Tulcán 20 ene (Andes).- La película “Fuego en la Frontera” es el largometraje por el que Franklin Coral y su elenco serán recordados en Tulcán, capital de la provincia del Carchi, en la frontera norte de Ecuador. Es uno de los primeros tulcaneños en escribir un guión, producir, dirigir y actuar sin un conocimiento básico de cómo hacer un filme. Pero lo que sí tenía claro era que contaría una historia de su entorno con tres cámaras caseras.
“El conocimiento del cine vino después, cuando estaba en mitad de la película. Hice cursos. Si hubiera sabido que era tan difícil, no me hubiera metido”, dice Coral, maestro cinta negra en  taekwondo de 39 años.
Con un presupuesto cercano a los 20 mil dólares que se gastó en tres años de rodaje, logró hacer una película undeground que reunió a 160 personas, entre actores principales, secundarios y extras.
Se trata del cine bajo tierra, como denominan Cristian León y Miguel Alvear, investigadores ecuatorianos. Son películas en las que se incluyen “Sicarios Manabitas”, “Pollito”, entre otras. Producciones hechas por autodidactas, presupuestos mínimos, personas que actúan por diversión  y gratis.
Hace tres años inició el rodaje de la primera escena de  “Fuego en la frontera”. En su trama hay mafiosos, dinero, artes marciales, metralletas, mujeres seductoras, tipos malos y apodos. Parecida a Machete de Robert Rodríguez, pero ambientada en la frontera norte donde un taekwondoista que fue confundido con uno de los capos del narcotráfico fue víctima de sicariato. Su  familia muere, luego el practicante de artes marciales se entrena para la venganza, desatándose una guerra donde hay muertes violentas. Al final, la mayoría acaba en la cárcel.
“Nos basamos en la realidad que tenemos en la frontera colombo ecuatoriana, pero lo reflejamos como ficción”, dice.
Una posible quiebra, críticas y un matrimonio tambaleante fueron cosas que le dieron en la cara a mitad del rodaje y sintió ganas de abandonar. Además, las personas que antes colaboraban, luego  se iban.
“Tuve al principio diez camionetas. A  los dos meses, cinco y, un mes más tarde, nadie”, dice riendo. De su bolsillo costeó gasolina, automóviles contratados, buses para los actores, locaciones alquiladas, indumentaria, sánduches, gaseosas , etc, etc, etc. Con sus limitaciones económicas intentaba tratar bien los actores de profesiones distintas al séptimo arte como cambistas de moneda extranjera, estilistas, practicantes de artes marciales,cantantes.
“Fue para dejar un legado, alguna gracia”, dice Eder Luna, quien tiene el papel de mejor amigo del protagonista. Él es profesor de bailoterapia, pero tuvo una experiencia previa como extra en la película de Sebastían Cordero, Ratas, Ratones y Rateros.
“Ahí vi lo duro que era el cine. Por eso le dije (a Franklin) qué duro en esto que te has metido ”, comenta.
Para las locaciones se movilizaron a distintos puntos del Carchi como María Magdalena, Julio Andrade, Huaca, El Ángel, Chical, Maldonado e Ipiales (sur de Colombia). Su guión, tal como explica Franklin, es 20% escrito y el 80% improvisación. Por ello recibía actores en cualquier momento del rodaje y luego pensaba el papel y qué momento entrarían en acción. Improvisaba todo. Sin reglas, incluso firmaron sin permisos para cerrar calles y tuvieron varios encontrones con la policía. Incluso fueron abordados por todo un operativo con grupos élite al filmar en un poblado peligroso de frontera norte.
"Llamaron a la Policía pensando que era un ajuste de cuentas", dice.
Son cerca de 20 años que no funciona un cine en esta fría y acogedora ciudad. Actualmente recuperan el antiguo teatro Lemarie. Un cine de los años 30 del siglo pasado del que fue dueño el libanés Pablo Lemarie. Las abuelas recuerdan que allí vieron el Gordo y el Flaco y películas del cine de oro mexicano.
Gina Pineiros, parte de las actrices indica que el hecho de que no haya academias o cine en Tulcán no les limita explotar su talento. "Así se empieza. Una no puede llegar a un  Golden (en referencia los premios Golden Globes), ero todo es en base a la experiencia.  Hay talentos escondidos que tienen que demostrarse de alguna forma". En la misma línea, Elizabeth Pineiros, quien hace de cantante, se siente una actriz. "Ya somos actrices. No tenemos un titulo pero somos capaces", dice.
El estreno será a inicios de febrero y están listos para la crítica y para la segunda parte.
"En caso que nos vaya bien hacemos la continuación. "Fuego en la Frontera la venganza", qué se yo", finaliza Franklin.

 Cine de bajo presupuesto se alista en Ecuador

Hasta el próximo jueves los realizadores de cine de bajo presupuesto, el denominado ‘cine bajo tierra’, podrán enviar sus películas a la segunda edición del festival Ecuador bajo tierra, muestra que se desarrollará en Manta (22 al 27 de enero), Guayaquil (25 al 3 de febrero) y Quito (1 al 10 de febrero).

Fecha de Publicación: 2013-01-07 00:00
El festival, organizado por Ochoymedio, está concebido como una vitrina y un espacio de encuentro del cine ecuatoriano de bajo presupuesto. La primera edición fue en el 2009 y se reedita este año, con novedades, entre ellas, una sección de cine provinciano de Perú.

 Reglamento
Los filmes participantes no tienen restricciones de género, formato, duración o contenido, aunque se dará preferencia a las producciones que no hayan sido exhibidas en salas comerciales ni en la televisión local.

“Los dos únicos requisitos son que hayan sido producidas del 2010 a la fecha y que sean de bajo presupuesto”, indica Billy Navarrete, representante de Ochoymedio en Guayaquil.

La selección de películas estará a cargo de Miguel Alvear, director del festival, y los interesados pueden comunicarse al (02) 2904-720, en Quito; al (04) 2309-400, en Guayaquil, y al (05) 262-6968, en Manta. (RET)